Hoy hemos empezado la sistematización de los casos más representativos que ha llevado la DEMI este año (2010). Debemos estructurar los documentos jurídicos, informatizarlos y completar ciertas carencias.
Hemos aprovechado el descanso del almuerzo (comida) para acercarnos a la Oficina de Información Turística para planificar nuestro próximo fin de semana: la costa caribeña guatemalteca.
Después de trabajar hemos quedado con Sebastián. Un chileno de afincado en Francia desde hace unos 16 años donde cursa unos estudios universitarios que se especializan en la gestión de la cooperación con América Latina. Se encuentra aquí en Guatemala, como nosotros; de prácticas. Su proyecto se enfoca en la necesidad de coordinar las distintas ONG’s y otras organizaciones estatales que se dediquen a la asistencia social. Existen muchas organizaciones, sin embargo, el grave problema que se vive es esa falta de comunicación entre éstas y la no utilización y aprovechamiento de sinergias. Sin duda alguna, por lo que hemos podido comprobar, su labor es fundamental, pero muy difícil, pues tiene que cambiar toda una mala cultura de entender la autonomía de las organizaciones como autarquía.
Después se ha sumado una pareja. Dos ingenieros agrónomos; él catalán y ella húngara. Se conocieron cursando un máster en Amsterdam y, sobre todo, por la dificultad de encontrar trabajo debido a la crisis económica, decidieron aprovechar esta putada para crear de ella una oportunidad única: vivir durante un año como cooperantes aquí en Guatemala.
FRAGMENTO DE UNA ENSEÑANZA ANCESTRAL MAYA. Nuestro primer proyecto en el departamento jurídico de la Defensoría de la Mujer Indígena, nos hace estar detrás de los casos, analizar mucha legislación guatemalteca, pero también, es una oportunidad única para conocer más la realidad maya. Hemos podido acceder también, gracias a nuestras compañeras de trabajo y amigas, a literatura maya y así conocer más sobre este fascinante mundo. Quiero compartir con vosotros este fragmento:
“Sin duda es interesante saber si venimos de las estrellas. Pero es más importante darse cuenta que somos parte del cosmos. Aunque solamente somos una partícula en la inmensidad del Universo, somos hijos del Gran Padre y nuestro destino va unido al de la creación. Cada ser tiene también un papel, un destino que cumplir. Así es que cada fragmento de la existencia es trascendente…”. – Don Isidro, Sabio Maya.
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